Empiezas con muchas ganas las cosas, dando lo máximo, pero poco a poco vas perdiendo la motivación y tienes problemas para volverte a motivar como al principio. No te preocupes, no te pasa sólo a ti.
Entonces, ¿cómo mantenemos la motivación? Pues con planificación, con expectativas realistas y sobre todo ser perseverantes.
Pasos a seguir:
- Fíjate un objetivo: Anota tu meta principal. Cuanto mayor sea la meta más tendrás que esforzarte para alcanzarla. Así que empieza por metas más pequeñas y ve aumentándolas progresivamente.
- Especifica: Concreta lo máximo posible. Por ejemplo, si quieres perder peso, empieza por ponerte una meta de perder 3 Kilos y cuando lo hayas conseguido, ponte una meta mayor.
- Sé realista: Quedarse como sílfides en unas semanas o dejar de fumar de la noche a la mañana, son expectativas poco razonables. Para mantener la motivación tienes que ser realista con los objetivos fijados y el tiempo que te marques.
- Escríbelo: Escribir un objetivo forma parte del proceso mental de comprometerse a cumplirlo. Escribe tu objetivo cada día.
- Fragméntalo en objetivos parciales: Allana el camino de tu meta dividiendo tu objetivo en pequeños pasos. Anota en un calendario tus logros parciales. Celebra los pequeños objetivos alcanzados, te transmitirá confianza. Al anotar tus logros, si te flaquea la voluntad les puedes echar un ojo para animarte.
- Comprueba tus progresos: Cuando cumplas un objetivo parcial, márcalo en tu lista y recompénsate.
- Si tienes un resbalón, no pasa nada: no tires la toalla, perdónate y vuelve a organizar tu plan.
- Actitud positiva: Imagina y sueña que cumples tu objetivo. La imaginación ayuda a no perder de vista lo que estás intentando lograr.
- Busca ayuda: Encuentra gente que te apoye y te anime.
Y ¡no tires la toalla! Anota tus objetivos, persevera en tu plan y recuerda lo que te llevó a fijar ese plan.
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